26/8/25
EL LUGAR SIN LÍMITES, festival de cine LGBT del Ecuador.
EL LUGAR SIN LÍMITES, festival de cine LGBT del Ecuador.
Arturo Ripstein dirigió en 1977 la película El lugar sin límites, siguiendo la trama de la novela homónima de José Donoso. Una cinta maravillosa, maravillosamente cruel, que cuenta la historia de Manuela y su hija la Japonesita. Manuela es una mujer trans, las dos regentan una casa de citas en el Olivo, un triste y pequeño pueblo. Los otros personajes principales son el cacique don Alejo y Pancho. Este último será fundamental en la trama, es un hombre gay que no se asume a sí mismo y que sólo puede ser él cuando se emborracha y busca a Manuela. El final acaba con el asesinato de la protagonista, por eso digo que es cruel, porque es el final de muchas mujeres trans y porque también esconde la tragedia de Pancho, el no ser capaz de dar el paso y ser lo que es y como es.
Hago referencia a la película porque de ella coge el título el festival de cine LGBT ecuatoriano.
La idea original partió de Fredy Alfaro, quien en 2001 creó Quitogay
organización de la sociedad civil que busca brindar alternativas de información y de entretenimiento, que promueve el arte y la cultura de temática Lgbti, y que contribuye a cambiar la imagen distorsionada que la sociedad tiene de las personas con diversa orientación sexual o identidad de género.
Al año siguiente Mariana Andrade, que dirigía el cine Ocho y Medio, propuso la organización de una muestra de cine homosexual, cercana al quinto aniversario de la despenalización de la homosexualidad en el Ecuador. Tuvo una recepción positiva por parte de gente del colectivo y otros que no lo eran, así comenzó el Festival de Cine El Lugar Sin Límites. La película de Ripstein fue la cinta inaugural en 2003.
El festival tiene como parte central la proyección de películas de largo metraje, cortos y documentales, así como la organización de conversatorios sobre diferentes temas que interesan a la comunidad LGBT, pero para dar más contenido amplía su programación cultural a la celebración de una exposición, bajo el título genérico de “En carne viva” y la edición de MAX, su revista oficial.
El objetivo principal es generar espacios de integración cultural y social, a través de actividades que combinen el entretenimiento y la reflexión en torno a la diversidad de género; en los cuales se presentan las mejores realizaciones cinematográficas y trabajos artísticos de temática LGBT desde múltiples y originales puntos de vista.
Desde la dirección, con Fredy Alfaro al frente, como desde el equipo de trabajo, saben muy bien la importancia que tiene la cultura como representación y transmisión de valores como el respeto y la diversidad para lograr una sociedad más abierta e igualitaria.
Aunque la sede central sea Quito, el festival se expande en sus diferentes ediciones hasta Guayaquil, Cuenca, y también programaciones cinematográficas en Manta, Riobamba, Portoviejo, Ibarra, Ambato, Tena, Machala, Cotacachi, Tulcán, Latacunga, Urcuqui, Otavalo o Bahía de Caráquez, con la intención de que estos trabajos por la diversidad y el reconocimiento de las personas LGBT puedan ser vistos por la mayor cantidad de gente posible. Sobre todo, también, porque este tipo de trabajos no llegan, en su mayoría, a las salas de cine comerciales y porque la programación del festival incluye tanto trabajos ecuatorianos como de otros muchos países.
También esto se logra por el gran reconocimiento que tiene a nivel internacional y sus relaciones continuas con artistas y gestores/as culturales, y con otros festivales como Frameline de Estados Unidos, Lesgaicinemad de España, LiberCine de Argentina y el Festival de Cine Francés organizado por la Alianza Francesa de Quito o el grupo de trabajo Sebastiane, del Festival Internacional de Cine de San Sebastián (España), donde “El lugar sin límites” participa todos los años.
La razón de por qué se celebra el festival en noviembre, teniendo como día principal el 27, obedece a un hecho fundamental en el país, que tiene que ver con el derecho de los y las homosexuales.
En el Ecuador, hasta 1997 estuvo vigente el artículo 516 del Código Penal, que en su inciso primero convertía en delito la homosexualidad.
“En los casos de homosexualismo, que no constituyan violación, los dos correos serán reprimidos con reclusión mayor de cuatro a ocho años”.
En 1997 se produjo una redada y detención de homosexuales en el bar Abanicos, de Cuenca, a unos cien se les aplicó este inciso primero del artículo. Esto provocó que muchísimas personas se manifestaran en contra de este abuso, denunciando la inconstitucionalidad de la ley. Organizaciones de gays, lesbianas, bisexuales y trans y de Derechos Humanos presentaron un recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional. El 27 de noviembre de ese mismo año se acepta la demanda y se deroga ese inciso en el artículo 516.
Las últimas ediciones de la exposición de artes visuales “En carne viva” han sido, en 2013, bajo la curadoría de Karen Solórzano, en La naranjilla mecánica (Quito), donde se mostraron instalaciones, pintura y obras en vídeo de artistas tanto ecuatorianos como extranjeros.
La segunda, bajo mi curadoría, en 2014, en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito, mostró el trabajo del fotógrafo español Raúl Chacón “Reinas de Quito”, un amplio trabajo de investigación sobre el fuerte movimiento Drag Queen en la ciudad. Muchas de sus protagonistas fueron fotografiadas luciendo sus mejores galas. El título tenía una doble referencia, por una parte reinas porque lo son y por otra el famoso concurso de belleza de las reinas, aludiendo a que las verdaderas eran las drag. Fue una exposición que, además, contó con un montaje espectacular.
La edición de 2014, celebrada en el Museo Camilo Egas de la capital, también presentó la obra de Chacón: “Ofelias”. En este caso, siendo estéticamente tan extraordinaria como la anterior, fue mucho más política, más de denuncia de unos hechos que ocurrían años atrás en la ciudad, cuando de madrugada la policía cogía a las mujeres trans que hacían trabajo sexual y las tiraba al estanque del Parque de la Carolina, con el agua helada, esperando a que se ahogaran. A esto le llamaban “práctica de natación”. A veces, durante el día, ellas clavaban puntillas en los márgenes para poder salir así cuando llegaba la noche.
Chacón ideó el proyecto haciendo alusión a la famosa Ofelia de Hamlet, ahogada en el río. Contó con la colaboración de la asociación Alfil (de personas trans) y con la de varias chicas trans, que se prestaron a ser fotografiadas debajo del agua de una piscina, reconstruyendo así, de alguna manera, los trágicos y crueles sucesos a los que hago referencia.
De esta muestra también tuve el honor de ser el curador.
“Hasta que cambies” es un trabajo fotográfico de investigación de Paola Paredes, expuesto en 2017 en el Centro Integral de Información de la Universidad Central, en Quito. En el país, como por desgracia en tantos otros, aún existen clínicas de deshomosexualización encubiertas como centros psiquiátricos o casas de reposo. En realidad son cárceles donde internan a las personas para hacerles “cambiar” a base de terapias aversivas y trabajos denigrantes. Nunca se consigue ese cambio, está claro, pero en muchas ocasiones destruyen a la persona. La mayoría de las ocasiones son llevadas allí por sus propias familias, lo cual es, si cabe, más cruel.
Para mí, la oportunidad de actuar llegó a finales de 2015. Pasé seis meses entrevistando a una mujer que había sido enviada a una de estas “clínicas” religiosas por sus padres y encerrada durante varios meses. Con el tiempo, reuní más testimonios. Las entrevistadas me hablaron de ‘diagnósticos’ y ‘tratamientos’ llevados a cabo en nombre de la Biblia .
Paredes investigó esos lugares, se entrevistó con personas que habían sufrido eso y realizó la serie fotográfica, perfofotográfica realmente, desde una mirada lésbica.
Descubrí que alrededor de 200 centros clandestinos todavía operan en las brechas entre las leyes progresistas y las creencias conservadoras. En Ecuador el 80% de la población es católica y la Iglesia en general tiene valores muy conservadores, por lo que la homosexualidad es algo que aun no es bien visto .
En 2018, la Sala Alfredo Pareja de la Casa de la Cultura Ecuatoriana expuso la muestra fotográfica “Homo” de Michel Lizarzaburu, que
busca poner en el escenario la realidad de las personas LGBT desde diferentes y originales puntos de vista, a fin de reflexionar en torno a la diversidad de género y orientación sexual propia de toda sociedad. A través de estas fotos, el artista nos demuestra de la manera más descarnada imaginable que lo que cuenta son los sentimientos humanos. Su trabajo hace uso de metáforas visuales para presentarnos personajes a quienes no solo desnuda, sino que los desuella afectivamente ante la cámara. Las imágenes de esta exposición abren las puertas de un mundo ideal donde la sensualidad y el erotismo se vive sin culpas, un espacio de edénica carnalidad en el que toda censura ha sido radicalmente abolida .
La revista Max, que se edita todos los años para el festival es una herramienta de difusión tanto de manera específica sobre la programación de cada año como de otros temas de interés e información sobre temas LGBT e incluye artículos de fondo y entrevistas sobre arte, cine, cultura, diversidad sexual, actualidad, gente, derechos humanos.
Igualmente apoyan la impresión de libros y artículos científicos que aborden la temática Lgbti desde la perspectiva académica. Los mismos que son presentados en la Feria Internacional del Libro.
Sin duda el mayor de sus logros es dar la oportunidad al público ecuatoriano de presenciar desde diferentes puntos de vista las otras formas de ser y amar, al tiempo que buscan cuestionar y deconstruir el sistema binario (hombre/mujer) como única forma de vida; luchando contra la exclusión, la discriminación, la hipocresía y la violencia, trabajando en favor de una sociedad más justa y equitativa.
A lo largo de estos años, el Festival se ha abierto camino con un poderoso mensaje: no estás solo, fundamental para fortalecer la autoestima y auto determinación de las y los integrantes de la población Lgbti en Ecuador. Hemos facilitado a la sociedad ecuatoriana espacios de encuentro y reencuentro, proveyendo a las poblaciones Lgbti de lugares de discusión crítica y entretenimiento seguros para sus asistentes .
“El lugar sin límites”, por su larga andadura -es el festival cultural más longevo del Ecuador- y su prestigio, se desarrolla cada año gracias al trabajo incansable del equipo que forman, principalmente, Fredy Alfaro, Fabricio Martínez, Daniel Salazar y Romina Ordóñez, como núcleo principal, a los que se suman profesionales como Karen Solórzano, Xavier Sánchez o Rafael Garrido, entre otros, y también gracias al apoyo de instituciones como la Casa Ecuatoriana de la Cultura y el espacio cultural y sala de cine Ocho y medio, así como diferentes espacios en las demás ciudades en las que se implementa.
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